Después de la ceremonia de marcado, Teo encontró mis antiguos diarios. Se burló de ellos, los llamó “fantasías patéticas de Omega“. Aun así, los guardé. Me aferré a la esperanza.
Pero el día antes de abandonar su territorio…
Encendí una hoguera ritual y los lancé uno por uno al fuego Fueron cinco años de amor unilateral, reducidos a cenizas.
Y mientras ardían, no sentí dolor. Solo alivio.
Tal como ahora.
–La disolución del vínculo ya fue presentada ante el Consejo Alfa–le dije en voz baja, con mi loba tranquila y
firme.
Pero ya no importa. Hemos cambiado de manada. Y según la ley ancestral, cruzar territorios con intención. hostil anuła todo vínculo anterior. Sigues teniendo sentimientos por Sara y su hijo. Si quieres seguir jugando a la familia perfecta con ellos, hazlo. Pero mi hijo y yo no somos ni seremos la segunda opción de nadie. Puede que alguna vez te haya amado, Teo, pero mi amor nunca fue barato. Mi loba te eligió, luchó por ti y te esperó, Pero también aprendimos a caminar solos. Alejandro y yo ya no te necesitamos. Y aún más importante, estamos mejor sin ti.
El rostro de Teo se descompuso, su lobo rasgando la superficie de su piel. Cayó de rodillas, convertido en una sombra del Beta que alguna vez fue.
-¡No, por favor! ¡Todo fue un malentendido! -su voz se quebró por la desesperación.
Juró que entre él y Sara no había habido nada.
Que todo había sido política de manada, que su relación era pura coincidencia, solo política de manada.
-Solo sentí lástima… Ella criaba sola a Marcos. El niño necesitaba alguien que lo guiara. Tal vez… tal vez en algún momento me confundí. Pero ahora… jahora veo quién es realmente! Fue ella quien me traicionó. Acudió al Consejo Alfa. Expuso todo. Expuso cómo robé la poción de Alejandro, cómo lo dejé arder mientras salvaba a su hijo. ¡Quiere destruirme porque finalmente elegí a mi verdadera familia!
-Por favor… —su lobo gimió, intentando alcanzar un vínculo que ya no existía-. Ahora sé a quién amo dé verdad. Solo te quiero a ti…